Producto nacional contra la copia extranjerizante

Desde siempre las bandas tributos han sido un problema para los artistas nacionales y sobre todo las más emergentes. Este tipo de bandas que buscan tocar y sonar lo más idénticamente a sus artistas favoritos, son de más fácil comercialización por lo que se han ido multiplicando y hoy están por todos lados, pasando por los escenarios más lujosos, hasta los bares más bohemios de la capital.

Las bandas tributos se mueven en una industria totalmente comercial, tanto así, que han logrado obtener millones de seguidores, por el solo hecho de recordar a las bandas de los años más icónicos del rock como fueron los ochenta y noventa, que hoy en día sería imposible verlas en vivo como Guns N´Roses, Nirvana, Alice in Chains, Pink Floyd, The Doors y cualquier otra que usted se imagine. Estas bandas pueden llegar a cobrar desde los cien mil pesos hasta los dos millones de pesos dependiendo de lugar y el despliegue técnico.

BRAIN DAMAGE

La banda Lemon, es un tributo chileno de los irlandeses de U2. Por cada presentación cobran entre $1.400.000 y $2.000.000 por hacer un show en cualquier parte de Chile y para el extranjero las tarifas van desde los cuatro mil a seis mil dólares. “Estos costos nos permiten dedicarnos tiempo completo a la banda, pagar nuestros costos fijos, invertir en equipos y otros”, afirma Andrés Zuñiga, vocalista de Lemon.

Si el panorama fuera similar para las bandas originales, sería totalmente maravilloso y la cultura musical en nuestro país se dispararía y sería muy potente, ya que el nivel de bandas en Chile cada vez es mejor. Debido a la falta de oportunidades para poder darse a conocer y tocar en vivo, invadido por las bandas tributos que copan todas las fechas de fin de semana en varios locales de la capital. Solo queda tocar un día en la semana, donde el flujo de gente es considerablemente menor que al de un viernes o sábado.

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Es un gran problema para las bandas emergentes ver como los tributos han monopolizado la diminuta escena chiliena, dejándoles el mínimo espacio a bandas originales que si tiene algo que mostrar de verdad. Cabe recordad también que la prensa y medios tradicionales entregan más difusión a este tipo de bandas que son más fáciles de comercializar.

Si nos remontamos a los años noventa, ¿qué hubiera pasado si bandas nacionales como Los Prisioneros o Los Tres, nunca hubiesen tenido la oportunidad de mostrar su música por que no existía la instancia para poder tocar en vivo? Existen varias bandas que buscan puerta a puerta pidiendo una oportunidad para ser escuchados en un escenario de calidad, con buen sonido y trato. Las bandas verdaderas se fortalecen tocando en vivo y así pueden lograr ser descubiertas.

Es cierto a la vez que hoy existen más lugares para tocar que la hace diez o veinte años, pero debemos tener en cuenta que existe un aumento proporcional en la oferta de bandas nuevas (emergentes) donde existen verdaderos talentos nacionales. El tiempo seguirá pasando y aun existirán personas que disfruten de las bandas que imitan ser otras personas y que muchas veces viven bajo la sombra de lo irreal, pero también seguirán existiendo quienes creen en los nuevos talentos y en la originalidad.

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